Chapa 100 Todos hemos perdido.


El Roto, cuando un dibujo y una frase es mejor que una campaña electoral completa.
El Roto, cuando un dibujo y una frase es mejor que una campaña electoral completa.

Para la chapa número 100 imaginaba algo más festivo y metafísico, pero este blog no suele hablar de cosas edificantes o divertidas. Seguimos con los cuentos y las bobadas de siempre. Peor para mí y para todo el planeta.

Todos hemos perdido.

Resultados 2015, la coalición Convergencia y ERC + CUP 72 diputados.
Resultados 2015, la coalición Convergencia y ERC + CUP 72 diputados.

Las elecciones regionales en Cataluña de ayer muestran la inmovilidad de los escenarios políticos en España y, por extensión, en muchos de los países de Europa. El número de diputados que obtienen las candidaturas que abogan por la independencia es similar al que se obtuvo hace tres años (72 en 2015, 74 en 2012) y eso sumando partidos bastante antagónicos. Después, el sistema D’Hondt amplifica su victoria indiscutible, en las elecciones regionales.

En Francia, en Hungría, en Gran Bretaña o incluso en Escandinavia el populismo hace mella usando al inmigrante como cabeza de turco y reformulando así un nacionalismo supernacional, tan peligroso y manido como rancio, pero muy efectivo. En España es el nacionalismo periférico y disgregador, el que sigue llenando de humo el escenario. Como siempre.

Resultados 2012. CIU+ERC+CUP 71 diputados.
Resultados 2012. CIU+ERC+CUP 74 diputados.

El panorama no ha cambiado demasiado a pesar del bombardeo propagandístico y de una campaña electoral basada en identidades cerradas y transversales (lengua; victimismo -desde la región más rica del país-; sentimientos de apego al terruño e historias de agravios, estás sí que inventadas y mentirosas).

A pesar de todo, el apoyo supuesto a una teórica independencia en la región no llega al 50%, mucho más pequeño si votase el resto de los ciudadanos de España, excluidos por quienes quieren aislarse. Sin hablar del propio concepto de independencia, muy discutible en cuanto a su legalidad y a quien puede ejercerlo. El gobierno central no lo admite, el regional lo reclama para sí, pero nunca se lo otorgaría a una provincia o municipio que quisiera escapar a su control. Y todos se lo niegan al individuo, con lo cual, la única solución al entuerto es volver al principio, mantener el Estado existente intentando asociarlo o diluirlo en uno más grande, más fuerte y más capaz de dar soluciones globales a los problemas locales y globales. Y sobre todo, hacer que los gobiernos cambien de orientación económica, social, ecológica, etc…

Cuando el discurso no es social ni económico sino identitario ¿quién gana y quién pierde?
Cuando el discurso no es social ni económico sino identitario ¿quién gana y quién pierde? Forges, el otro genio y encima, con humor.

En resumidas cuentas, hemos perdido, todos, -en Cataluña y el resto de España-, una nueva oportunidad, la enésima pero no la última. Hemos vuelto a perder la capacidad de cambiar la política social y económica, de modificar las condiciones humanas de los ciudadanos que son los únicos dueños y responsables del territorio. Ciudadanos que usan idiomas para hablar y comunicarse, pero que a diferencia de las lenguas, -que ni sienten ni padecen-; sufren los embates de una economía global injusta y perniciosa; que ven recortadas sus opciones de educación, sanidad y disfrute; que ceden una tras otra las prerogativas ganadas en manifestaciones mucho más interesantes y productivas a cambio de pintar de colores las rejas de su prisión. Genial representación del dibujante El Roto, del problema español, y del de buena parte del mundo.


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