Hacía tiempo que no publicábamos ninguna de nuestras crónicas de viajes. Y no es por falta de tiempo, de movimiento o de experiencias. Lo que falta es el tiempo para reflexionar con profundidad, y falta el espacio para poner por escrito lo que quedó en la retina, en la mente.
De nuestra colaboración en el proyecto El Giróscopo Viajero ha surgido un largo texto, un relato corto de al menos, de un pequeño viaje dentro de otro viaje. El nocivo relativismo cultural, se convierte en algo interesante cuanto relativismo tiene que ver con existencialismo, con el valor de las cosas, los hechos, los objetos, las certezas de cada uno de nosotros. Cuando lo relativo nos libera de lo grupal, de lo familiar, de lo nacional. Cuando nos acerca a certezas más sólidas y vivaces, a realidades más prácticas y saludables. Cuando de la fragilidad de la vida y del número, nos desplazamos hacia una fortaleza del yo, una fortaleza sin murallas, abierta al final a nuestros congéneres y al planeta, al espacio que habitamos, un espacio y un tiempo sin más fronteras que la muerte.
Publicado hace unas semanas en nuestro blog de viajes, les remitimos a él, para que con paciencia, inicien un viaje que fue para nosotros muy importante:
Un Gozo en bicicleta: Viaje dentro del viaje en Malta